Wednesday, September 17, 2008

New Orleans

La ruta 61 nos trajo desde Memphis, cada vez más húmeda y exuberante... Clarksdale, Vicksburg, Natchez, nombres que se quedan grabados en el camino. Y al fin llegamos al reencuentro con la Perezosa Grande del Golfo, la perla del Mississippi. Con característicos pose y desorden a la vez, la ciudad te habla cajun y creole, palpita en español y francés, y se siente americana y ajena... Dos beignets en Café du Monde o un plato de Jambalaya, y su alma dadivosa se te mete por la boca... o tal vez dos 'sets' en Preservation Hall, o Fritzel's, y entonces es por los oídos que te pierdes. Balcones de hierro, tranvías y la sonrisa eterna en los transeuntes que te saludan con esa mezcla fácil de generosidad y orgullo. La ciudad te deja ser, y no se inmuta, y comprendes entonces por qué, con desdén tal vez, pero con asombro, la puritana América la conoce como la Meretriz Fácil de la Louisiana.